Una pequeña visión de la vida en el desierto.
El desierto del Sahara comienza en la parte más al sur de Túnez. Los casi 250 mm de precipitación a menudo caen del cielo en solo una hora, y solo una fracción toca el suelo, ya que la mayor parte se evapora en el aire brillante.
Pero cuando cae la lluvia de primavera, puedes ver que el desierto está vivo.
Las semillas que han sobrevivido a una larga sequía comienzan a germinar y un mar de flores y plantas da vida al desierto.
Para las personas que viven en el desierto, un animal es vital: el dromedario.
Incluso hoy en día, este animal de carga y de montar se considera un signo de respeto y riqueza y permite a las personas llevar una vida en el Sahara. El almacenamiento de agua del camello es particularmente impresionante. Hasta 120 l de agua almacenados en el tejido corporal permiten que los camellos se las arreglen hasta 2 semanas sin consumir más agua. También aporta leche, lana, cuero y carne.
El alimento principal en el desierto solía ser el dátil. Contienen mucho azúcar, proteínas, grasas, carbohidratos e incluso vitaminas A y C, por lo que son muy nutritivas.
Sobre todo, la palmera datilera es un proveedor de sombra necesario para el cultivo de otros cultivos como cítricos, granadas, almendras y pistachos. Éstos, a su vez, dan sombra a las hortalizas, el forraje y el tabaco que crecen cerca del suelo, la denominada economía de tres pisos.